NOCHE DE INAUGURACION previa montando y filmando con Natán, Gunga, Leo, Mariano....
Los amigos: Diana ,Héctor, María...y nosotros
Gustavo, Sabina y Héctor
Geraldhyne, Lisandro y Yael
Geraldhyne matrimonio Reynoso Aldao y Marcelo Olmos.
Favaretto Forner Maximiliano, Arq Mantovani y su esposo.
Salas
Presentación del Arq Olmos Director Museo Pcial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodriguez
Stella Arber, Maria y Gabriel Villot
A la noche es como si mi mente reposara junto con el silencio de los que duermen...me encuentro en paz, escucho los pájaros nocturnos, los pinos que se mecen...y quería compartir las vivencias de la inauguración...UN GRACIAS a los amigos que nos acompañaron...muchos para nuestra sorpresa...y aqui les dejo algunas fotos...
"....Grabados y esculturas acompañándose en una muestra, suena a esas compañías extrañas que nunca aconsejo. Pero este caso es distinto porque grabados y esculturas entablan un insólito dialogo de formas y propuestas que es poco frecuente armonizar, pero que acá se logra en dos puntos comunes que comparten con sapiencia.
Los grabados de Geraldhyne Fernández aparecen entonces como cuidadas construcciones que recuerdan los orígenes de estas obras. Ese sabor de espíritu constructivista, esa raíz que recuerda una geometría obsesiva, va tornándose en una dinámica mas orgánica que se aleja de la rigidez perfecta; no menos valiosa; pero en la que se introduce de pronto, el color o elementos que hacen que lo orgánico establezca alianzas con lo racional. Y sigiloso al principio, después con fuerza, el color va ganando espacios para retar la monotonía del negro sobre blanco o quebrar sus secuencias estudiadas. La contraparte de esta muestra, las esculturas de Héctor Welschen, sorprenden con su calidad minuciosa. No solo es prolijidad técnica, es la búsqueda de formas, de gozar el material arrancándole esos secretos de pliegues, de luces y sombras, en piezas que delatan el amor por la materia, pero también la construcción de situaciones que iluminan al espectador en sus pliegues, en sus contrastes entre lo pulido y lo apenas trabajado, entre el material casi natural y el acariciado por los sueños. De pronto, alguna pieza de granito negro se engarza en otra de origen distinto, en armónica construcción, y el carrara se torna maleable como cera y abraza la pieza oscura.
El dialogo es evidente, ambos artistas están en la búsqueda de lenguajes mas personales, mas íntimos y ricos. Atrás quedan las obras de gran tamaño, el jugarse por propuestas relevantes y adentrarse en un camino donde prima esta pasión por resultados que muestran la madurez de sus realizaciones. Avanzar en la construcción de un lenguaje pleno, que refleja situaciones propias y ajenas, intimista, para ser mostrado en la casi penumbra que invita a despojarse del peso de lo cotidiano y volver a mirar hacia adentro, sin cargas.
Geraldhyne se anima a dar un paso mas en su obra, deja atrás la seguridad de lo previsible para explorar otras instancias. Su obra tan medida, justa, equilibrada, gana ahora más soltura, más vida, se torna el comienzo de otras experiencias, cada vez más complejas llenas de posibilidades. Héctor deja atrás las obras contundentes, fuertes, impactantes para asumir el riesgo de trabajar en otra escala, más riesgosa, más provocadora y en la que puede mostrar el lenguaje pulido, la caricia de la materia, la maravillosa sensación de contemplar en la penumbra propuestas de armoniosa perfección.
Ambos arriesgaron al abandonar los seguros caminos de la gran presentación y adentrarse en senderos mas ricos pero mas jugados, ambos comparten ese mismo propósito de nuevas propuestas, de nuevos avances, y también poseen otro punto en común, menos perceptible pero que esta allí presente: ambos son habitantes de San José del Rincón, el pueblo mágico situado a las puertas de la capital santafesina, el de Luis León de los Santos y de Puccinelli, el de calles de arenas y verdes susurrantes tejiendo un ajedrez de frescura y reflexión. Y la obra de ambos es reflexiva, de tiempos, maneras, decires, pero llena de ese aire vigorizante de las propuestas sólidas y frescas.
Siempre desaconsejo mostrar dos disciplinas juntas sin puntos en común….pero acá sobran y se torna en una buena oportunidad de ver y disfrutar sin otro limite que el placer sencillo de acompañar estas reflexiones, que como Rincón, nos atrapan en su impecable simpleza de cara al río."
Arq Marcelo Olmos
Director del Museo Pcial de Bellas Artes
Rosa Galisteo de Rodríguez de Santa Fe
Delegado Academia Nac. de Bellas Artes
Los grabados de Geraldhyne Fernández aparecen entonces como cuidadas construcciones que recuerdan los orígenes de estas obras. Ese sabor de espíritu constructivista, esa raíz que recuerda una geometría obsesiva, va tornándose en una dinámica mas orgánica que se aleja de la rigidez perfecta; no menos valiosa; pero en la que se introduce de pronto, el color o elementos que hacen que lo orgánico establezca alianzas con lo racional. Y sigiloso al principio, después con fuerza, el color va ganando espacios para retar la monotonía del negro sobre blanco o quebrar sus secuencias estudiadas. La contraparte de esta muestra, las esculturas de Héctor Welschen, sorprenden con su calidad minuciosa. No solo es prolijidad técnica, es la búsqueda de formas, de gozar el material arrancándole esos secretos de pliegues, de luces y sombras, en piezas que delatan el amor por la materia, pero también la construcción de situaciones que iluminan al espectador en sus pliegues, en sus contrastes entre lo pulido y lo apenas trabajado, entre el material casi natural y el acariciado por los sueños. De pronto, alguna pieza de granito negro se engarza en otra de origen distinto, en armónica construcción, y el carrara se torna maleable como cera y abraza la pieza oscura.
El dialogo es evidente, ambos artistas están en la búsqueda de lenguajes mas personales, mas íntimos y ricos. Atrás quedan las obras de gran tamaño, el jugarse por propuestas relevantes y adentrarse en un camino donde prima esta pasión por resultados que muestran la madurez de sus realizaciones. Avanzar en la construcción de un lenguaje pleno, que refleja situaciones propias y ajenas, intimista, para ser mostrado en la casi penumbra que invita a despojarse del peso de lo cotidiano y volver a mirar hacia adentro, sin cargas.
Geraldhyne se anima a dar un paso mas en su obra, deja atrás la seguridad de lo previsible para explorar otras instancias. Su obra tan medida, justa, equilibrada, gana ahora más soltura, más vida, se torna el comienzo de otras experiencias, cada vez más complejas llenas de posibilidades. Héctor deja atrás las obras contundentes, fuertes, impactantes para asumir el riesgo de trabajar en otra escala, más riesgosa, más provocadora y en la que puede mostrar el lenguaje pulido, la caricia de la materia, la maravillosa sensación de contemplar en la penumbra propuestas de armoniosa perfección.
Ambos arriesgaron al abandonar los seguros caminos de la gran presentación y adentrarse en senderos mas ricos pero mas jugados, ambos comparten ese mismo propósito de nuevas propuestas, de nuevos avances, y también poseen otro punto en común, menos perceptible pero que esta allí presente: ambos son habitantes de San José del Rincón, el pueblo mágico situado a las puertas de la capital santafesina, el de Luis León de los Santos y de Puccinelli, el de calles de arenas y verdes susurrantes tejiendo un ajedrez de frescura y reflexión. Y la obra de ambos es reflexiva, de tiempos, maneras, decires, pero llena de ese aire vigorizante de las propuestas sólidas y frescas.
Siempre desaconsejo mostrar dos disciplinas juntas sin puntos en común….pero acá sobran y se torna en una buena oportunidad de ver y disfrutar sin otro limite que el placer sencillo de acompañar estas reflexiones, que como Rincón, nos atrapan en su impecable simpleza de cara al río."
Arq Marcelo Olmos
Director del Museo Pcial de Bellas Artes
Rosa Galisteo de Rodríguez de Santa Fe
Delegado Academia Nac. de Bellas Artes
Comentarios
Beso.
María Inés.